23 de Mayo del 2014
1.- Temperatura del termostato de ambiente de la vivienda; la temperatura ideal y regulada por ley establece que las viviendas deben ser de 21º C en invierno y 26º C en verano.
Los radiadores deben estar sin que se bloqueen con muebles o cortinas, y en ningún caso cubiertos ni tampoco usarlos para secar ropa.
2.- Mantenimientos de la Caldera; este punto es muy importante, realizar los mantenimientos y las limpiezas periódicas, siempre con personal cualificado (que mejor que la propia marca). Si tienes que cambiar de caldera es conveniente sustituirla buscando la de mejor rendimiento.
3.- Ventilar si, pero no a cualquier hora; ventilar en las horas de más calor en invierno y por supuesto con la calefacción apagada. Y en verano, en las horas de menos calor con el aire acondicionado apagado. Diez minutos suelen ser suficientes para renovar el aire.
4.- Mejorar en Aislamiento es ahorrar; un buen aislamiento de las envolventes de la casa reduce mucho el consumo de energía, es importante que paredes, techo, ventanas y puertas dispongan de materiales o elementos que impidan la fuga de calor. Es importante comprobar que los tambores de las persianas estén bien sellados. Usa los toldos y persianas en verano para que la casa se caliente menos. En invierno, baja las persianas, servirán de aislamiento durante la noche.
5.- Cocinar con gas es más económico pero si es vitrocerámica; apagar la placa antes de finalizar la cocción y aprovechar el calor residual, este será suficiente para terminar de cocinar los alimentos. La utilización ollas rápidas y las tapas de las cazuelas o recipientes. Las sartenes o cazuelas deben ser del mismo tamaño o superior a la superficie de los fuegos . Usar el agua imprescindible para la cocción, calentar agua de más es un gasto innecesario y caro.
6.- La temperatura de la nevera; descongelar los alimentos en el interior de la nevera, el frío que desprenden ayuda a consumir menos energía además de ser más seguros para la salud. No introducir alimentos recién cocinados, espera a que estén a temperatura ambiente.
Regular la temperatura del frigorífico según la época del año o las necesidades. Para jornadas vacaciones utilizar el programa de vacaciones.
Evitar abrir la puerta continuamente y asegúrarse que queda bien cerrada.